Mantenimiento preventivo

La ejecución del cambio de aceite y filtro en su vehículo le permite garantizar un mayor rendimiento y una larga vida útil para su motor, dado que se impide generar mayor fricción en las piezas que conforman el sistema, todo ello con tan solo brindarle el servicio periódico que necesita en todo momento su vehículo.

Es de suma importancia llevar a cabo el cambio de aceite y filtro en el coche, dado que este influye en el funcionamiento óptimo y adecuado del motor, debiendo tener en cuenta los períodos de mantenimiento en base a la marca y tipo del mismo.

Recomendamos revisar el circuito de climatización una vez al año y efectuar una recarga cada dos años para que funcione en perfectas condiciones. Además, en la misma revisión, se comprobará el estado del filtro de aire, para evaluar su estado y aumentar de este modo su durabilidad. Antes de realizar la recarga, se ha de asegurar que no hay una fuga en el circuito, ya que, si es así, el gas que se añade se perderá al poco tiempo.

Hay que ser un poco previsor, por eso se debe revisar el sistema preferiblemente antes de que acabe en invierno, pues, al no usarse durante largo tiempo, es cuando se efectúa la pérdida de aire.

Puesto que el desgaste depende de la «cantidad» de frenado que hagamos, no hay una pauta que podamos seguir salvo la de su control periódico (en cada revisión o cambio de aceite) o en cuanto notemos síntomas de mal funcionamiento como:

• Testigo de frenos  y/o ABS  encendido en el cuadro de instrumentos.
• Ruido al aplicar el freno.
• Esfuerzo excesivo en el pedal para detener el vehículo.
• El pedal se hunde hasta el fondo sin sensación de frenado efectivo.
• El vehículo se «va» de su trayectoria hacía algún lado mientras frenamos.
• Vibraciones que aparecen durante la frenada.

El liquido de frenos sí que se debe cambiar cada 2 ó 3 años, pues absorbe humedad (aun en parado) y esto baja el punto de ebullición, haciendo que hierva en frenadas pronunciadas (bajando puertos de montaña por ej.), el pedal bajará más y perderá eficacia. Además esta humedad generará oxido en los pistones provocando su agarrotamiento y un frenado desigual del vehículo.

Su tarea es evacuar los gases producidos por la combustión en el interior del motor, reducir el ruido provocado por las explosiones y en los últimos años, de filtrar esos gases mediante reacciones químicas (catalizador) para evitar una contaminación ambiental excesiva y reducir la emisión de hollín en los diésel (filtro antipartículas).

Otras condiciones que ayudan a su deterioro son las vibraciones propias del motor, los cambios extremos de temperatura a que son sometidos y los golpes que puedan recibir por piedras o bordillos.
Es esencial para alargar su vida que no presente fugas por sus juntas, pues con ellas aumentará la corrosión y el nivel de ruido que superado cierto nivel es causa de multa.

Se conoce como suspensión en un coche, a un conjunto de elementos que conectan sus ruedas con la carrocería. Esta unión se realiza de forma flexible a través de dos cualidades fundamentales: elasticidad y amortiguación. Ambas cualidades trabajan en evitar que las irregularidades dañen la carrocería o se transmitan incómodamente a todo el coche.

La suspensión y amortiguación ademas de absorber las irregularidades del terreno deben mantener la estabilidad, aguantar la carga del vehículo, transmitir la fuerza del par motor a los ejes y repartir las fuerzas de aceleración y de frenada. También es importante la elección de unos buenos neumáticos ya que forma parte en el conjunto de la suspensión y la amortiguación para garantizar una conducción optima y segura.

Un neumático para tu vehículo te encontraras con un sin fin de marcas, modelos, y medidas. Pero ¿Cuál es el correcto para mí?.

Lo primero es tener claro qué medida debo usar, pues si no es adecuada no iré seguro ni cumpliré con la ley.
La medida adecuada para mi vehículo la establece y homologa el fabricante, se puede ver en la «Ficha Técnica.», en ocasiones se mencionan también medidas alternativas o para uso con cadenas o ruedas «de invierno».

Con el paso del tiempo los faros del vehículo se pueden deteriorar, o simplemente desgastarse. Desde un coche hasta un pequeño impacto de gravilla puede arañar o romper los faros del coche.

La exposición a la intemperie deteriora la protección ultravioleta (UV) de los faros produciendo un tono amarillento que compromete la calidad de la iluminación llegando a reducir hasta un 40% la visibilidad por la noche.